
Jají por ser mi pueblo siempre lo tendré presente, pido permiso para compartir con ustedes una nota originalmente escrita para la prensa local, pero que siempre estará vigente.
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Don Miguel Araque y la Posada de Jají
El día 24 del presente mes (noviembre, 2010) falleció en la ciudad de Mérida el Sr. Miguel
Araque, el célebre Tío Miguel como se le conoció en Jají.
El Tío Miguel, la reconstrucción de Jají como pueblo típico
andino, el turismo en ese pueblo y la Posada de Jají son contemporáneos.
Jají, en plena serranía merideña
En el primer gobierno de Rafael Caldera, en las gobernaciones
de Germán Briceño Ferrigni y Bernardo Celis P., con la imaginación del
arquitecto Claudio Corredor, el pueblo conservando sus valores tradicionales,
se hizo famoso a nivel local, nacional e internacional, se convirtió en un
ícono, y como aspecto sobresaliente se destacó La Posada de Jají; una vieja
casona colonial, pasó a ser propiedad del ejecutivo del Estado Mérida, en esa
casa se instaló una de las primeras posadas de la entidad, el turismo merideño
siguió cobrando vida, procurando repartir el turismo y acercándose por primera
vez a los pueblos de Mérida.
La posada promovida por el Estado sirvió para impulsar la
iniciativa privada, puesto que ofrecía un lugar apropiado para la atención al
turista, inició sus actividades en 1.971, bajo la modalidad de Concesión,
tomada en primer término por el Sr. Miguel Araque que durante 26 años, hasta
1997 cuando queda bajo la dirección del Sr. César Guerrero quien continúa al
frente de la misma. La experiencia de la concesión ha resultado positiva,
permitiendo consolidar el turismo y garantizando la permanencia de un bien del
Estado Mérida.
Dos vistas internas de la posada, incluyendo el comedor
En la actualidad la carretera de Jají está abandonada,
destruida, algo insólito para un país petrolero, los huecos de la vía intentan
taparlos con tierra.
Miguel Araque y su hijo Miguel se enraizaron en Jají, el hijo
murió en un lamentable accidente, pero esa familia Yaracuyana, muchos le
recordamos y admiramos, por su trabajo, por su amistad, por su espíritu de
servicio y por su extraordinaria condición humana. Paz a los restos del Tío
Miguel consuelo para su familia.
Mérida,
25/11/10
Germán
Monzón Salas.
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